Bang Bang, Wilco Wallace

…El universo de Vallecillo es único, intransferible y perfectamente reconocible. Como una marca de agua pegada a su pluma. Privilegio de los elegidos que tienen estilo propio. Sólo Ángel Vallecillo es capaz de singularizar a los personajes con un relampagueo de frases único. Milton Avery es “una bocaza, un hígado exhausto y una polla” y la rubia protagonista “una obra de arte expuesta en un basurero”. Por cierto, la primera maniobra de aproximación de Wilco Wallace hacia la rubia no tiene desperdicio: “Le abrí un párpado a la rubia y me deslumbró un iris azul cielo sobre un globo rojo: un iceberg flotando en sangre de foca”. Vallecillo pasa, sin apenas despeinarse, de un diálogo lumpen de metralleta a un chispazo poético que te deja noqueado: “Se acodó en la barandilla y descolgó la cabellera como un incendio que cayera del cielo”; “tenía el pecho caliente y la espalda fría, como si tomara el sol en una lápida”; “el cielo se amorató como si el día se asfixiara”. Eso sin olvidar algún toque de humor que viene a echar árnica a tanta violencia y poesía. Y sí, a pesar de que nos movemos en el terreno de la novela negra clásica y “Bang Bang Wilco Wallace” no deja de ser un ejemplo prodigioso de pulp de 24 quilates, en el fondo la novela tiene un pestazo a western que tira para atrás. Pulp alucinante, noir crepuscular, western shakesperiano. Todo vale en la mágica coctelera de Ángel Vallecillo. Lo dicho, una joya que sería un auténtico pecado que pasase desapercibida entre tanta y tanta novedad que escupen las librerías nuestras de cada día.

Vicente Álvarez. El Norte de Castilla, 2014.

 

2014

198 págs.

Editorial: Difácil

A la venta en: http://www.agapea.com/libros/Bang-bang-Wilco-Wallace-9788492476367-i.htm